El silencio se corta,
pero las palabras quedan ahogadas
en pena
o en no saber
o en no querer.
Y quedan quietas,
sin un solo atisbo,
ni una sola señal.
Porque todo olvido
en el momento,
pero segundos después
es demasiado tarde,
para que las palabras resurjan.
Y no lo hacen.
Pero me lo aseguré,
o eso creo.
Eso espero.
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