jueves, 15 de marzo de 2012

Saldrá... alguna vez saldrá

Chilló
"como si le quitaran un dulce
a un niño".
No es divertido.
Las palabras se atropellaban
en un sinfín de ideas.
No.
Mejor no decir nada.
Mejor callarlo.
Consciente de que algún día
saldrá.

martes, 31 de enero de 2012

Capítulo XV

Mientras el viejo se mantenía inmóvil, con su sonrisa aún en su rostro, me pregunté si lo que le había cuestionado tendría sentido, ya que no conocía si Bordelius era el tipo de persona que aclararía mis dudas.
-Piénsalo un poco - sólo soltó.
Las preguntas que debería hacerme eran algo evidentes. ¿Por qué un viejo investigador robaría el dinero de una banda para luego simular buscarlo? Me sentía un tonto, creía que él había estado jugando conmigo.
Aunque realmente aquello no tenía sentido. Me quedé muy pensativo sin saber realmente qué hacer o qué decir. Decidí que sería mejor comentárselo a los demás, ya que era el momento y creía tener las pruebas suficientes. Me paré e hice ademán de salir, pero entonces una mano me detuvo.
-Yo conocí a tu madre.
Me quedé algo shockeado. El viejo simplemente dio vuelta mi rostro y me dijo:
-La conocí como a la palma de mi mano. Pues de hecho mis manos fueron las primeras en sostenerla. Soy su padre. Soy tu abuelo.
Aquello me sorprendió demasiado, pero aún así mi idea no había cambiado. Abrí la puerta y salí rápidamente hacia mi habitación. Mi mente se aceleraba tratando de procesar toda aquella información, hasta que decidí que lo mejor sería descansar un poco, si podía. Estaba agotado.
Frené en un pasillo del hotel y ante una pared perfectamente blanca comencé a llorar como un niño, no podía dejar de hacerlo. Aquellas palabras me recordaban demasiado a mi madre. Un recuerdo que quería matar.
Pronto llegó Pierre que, sin entender nada, me abrazó. En realidad, al principio sólo me miró extrañado, para después hacerlo. Luego de aquello, fuimos lentamente hacia el comedor, en donde estaban los demás.
La charla duró hasta la madrugada- Estábamos aturdidos, enojados y confundidos. Sin embargo, David sugirió que me tomara mi tiempo para digerir la confesión de Bordelius. Lo del dinero, podría esperar. Aún así, al día siguiente debíamos regresar a casa, por lo que sólo me tomó un momento saber lo que tenía que hacer.
Micaela Grinóvero and Kevin Jones

martes, 24 de enero de 2012

Capítulo XIV

Mi sospecha crecía en silencio. Podría haberle comentado a Seb pero estoy seguro de que hubiera reaccionado mal. Podría ser Bordelius el ladrón. Pero mi mayor duda era por qué lo haría. No contaría nada hasta saberlo.
-Entonces es cuestión de encontrarlo en este momento -dejó escapar Pierre.
-Bueno, es así. Pero no creo que sea tan sencillo -replicó el viejo.
-Si sabes tanto sobre el ladrón en cuestión, seguro sabes quién es -dijo David.
-No. Ojalá así fuera -fue su única respuesta.
Sin más, el viejo se excusó y se fue. Pero nosotros continuamos con una pequeña reunión, ya que la duda estaba plantada, y nos era urgente solucionar este gran problema.
-Si este viejo no es capaz de hallar al delincuente ahora, nosotros lo haremos -dijo Jeff -Después de convencernos de venir aquí, es lo menos que puede hacer: su trabajo.
El resto de la mañana nos la pasamos pensando cómo hallarlo. Hasta que el sueño nos venció. Habíamos pasado mucho tiempo sin dormir.
Así que ya en mi cuarto, me metí entre las sábanas y traté de despejarme. Empecé a dar vueltas al no poder dormirme y despejarme no fue realmente lo que pude hacer. Trataba de seguir conectando las pistas, pero mi cabeza ya había comenzado a girar de la confusión.Sin poder esperar más, me escabullí al cuarto de aquel viejo detective. Golpeé la puerta y me atendió enseguida.
-Te estaba esperando -sonó su vo grave.
Inmediatamente, me invitó a pasar y me senté en una silla ubicada cerca de una mesa que tenía en hojas sueltas los apuntes de Bordelius. Los miré por un segundo y aparté la mirada rápidamente. Me encontré en aquel lugar, solo e incómodo.
-Vamos, dí lo que tienes que decir -me dijo al colocar las tazas de té delante.
-¿Por qué robaste el dinero?
Bordelius sonrió mientras yo sostenía mi mirada.

Micaela Grinovero and Kevin Jones

miércoles, 18 de enero de 2012

Nuevo día

Tanto por decir
y el tiempo empieza a correr.
Las pequeñas gotas
caen lentamente por la ventana.
Me imagino qué hubiera pasado,
ese daño casi irreversible.
No quisiera que lo pienses dos veces.
Tanto trabajo
y el tiempo empieza a correr.
Quisiera dar ésto por terminado,
pero gracias, porque ya es un nuevo día.

miércoles, 4 de enero de 2012

Capítulo XIII

Había comenzado a amanecer cuando me decidí por comenzar la búsqueda de mis compañeros de banda. Ya la mayoría de la gente se había retirado, por lo cual encontrarlos fue más fácil.
Temí un poco por Seb, que parecía un borracho tirado sobre el sillón. Parece que al final sólo estaba dormido.
Pronto me lo hallé a David que refregándose los ojos me dijo: -Hey, Bordelius me ha despertado. Dice que tenemos una pista y que busquemos al resto. Tan sólo sonreí al viejo que se hallaba detrás de David.
Sucesivamente y después de rastrear en toda la casa, Pierre, Jeff y Chuck aparecieron, bastante cuerdos según los vimos. Cuando salimos, una camioneta nos estaba esperando, y Bordelius estaba a su lado. Avanzamos hacia él y nos dijo: - Iremos al hotel, tomarán un baño, y continuaremos con ésto.
Fue difícil bañarse tranquilamente con ese tipo de augurios. Sin embargo, pensaba que aquel viejo empezaba a traernos suerte. Fui el primero en estar sentado allí.
Nuestro investigador sonrió y me dijo: -Parece que no soportas la intriga.
-Dice mi padre que mamá es igual. O era.- dije casi sin pensar.
-Tu madre debe ser una gran mujer-me respondió.
-Bueno, en realidad, no lo sé... Supongo que así es.-Y allí quedó nuestra pequeña conversación porque de repente, apareció Chuck a través del umbral de la puerta.
-Los demás enseguida vienen. Creo que buscan algo para la resaca.-nos comentó, riendo.
Cuando todos estábamos allí, Bordelius nos habló sobre lo bueno que había sido el show y hasta se permitió bromear con Pierre acerca de Scarlett.Luego de todo aquello nos dio una pista sin inmutarse.
-Bueno, con las canciones de anoche se han ganado su siguiente pista: quien se llevó el dinero está aquí en Toonto hoy.
Al decir aquello, todos nos paralizamos...
-Pero... si no es de la banda, y no está entre nuestros fans... Ni siquiera es joven, ¿Qué nos queda?-señaló Jeff con el ceño fruncido.
-Tal vez sea el perro del organizador-rió Seb, pero ninguno se inmutó.
Me quedé pensando. El viaje, el dinero, las pistas, las canciones... Sospechaba de algo, mejor dicho de alguien, pero no estaba seguro.

Micaela Grinóvero and Kevin Jones

sábado, 31 de diciembre de 2011

Fin de año

Último día del año.
Nuevo año, ¿nueva vida?
Para nada.
Los viejos tesoros
que hacen el día a día valer quedan.
Realmente no significa mucho
cambiar el calendario.
El verdadero cambio inicia en nosotros.
Quien se proponga metas,
y persevera, las alcanzará.
Quien se da por vencido,
nunca verá los resultados que podría haber obtenido.
Quien no logra diferencias
entre pasado y presente,
tropezará mil veces sin sentido alguno.
Quien no es capaz de demostrar sus sentimientos,
se arrepentirá en día
que no pueda ver a su alrededor.
Vive cada día, como el último,
así como tanto lo repiten.
Y haz dar el valor que cada persona
a tu lado se merece.
Queda sólo brindar.
Feliz 2012.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Capítulo XII

-Wow- era la única palabra que salía de nuestras bocas mientras mirábamos el edificio de la Ópera. Permanecimos parados allí afuera, boquiabiertos. Creo que fue Pierre el primero en entrar.
-¿Así que éste va a ser el lugar en donde tocaremos?- dijo Jeff sorprendido, como todos nosotros.
-Así es- un hombre de mediana edad ingresó detrás de nosotros. Aún no sabíamos quien era. -Soy Jean Rouvier, el organizador de este evento. Bienvenidos a este maravillosos lugar. -señaló abriendo los brazos.
Pasamos toda la mañana probando sonido y escuchando a otras bandas hacerlo. Estábamos algo maravillados. No sólo por el lugar sino también por todas las bandas que estuvimos conociendo.
Bordelius llegó unas horas después y se puso a un costado. Se mantuvo por un par de horas en la misma posición, escuchando todo a su alrededor y casi analizándolo. Me dio curiosidad.
Después de caída la noche terminamos con todos los preparativos y nos dispusimos a volver al hotel. Bordelius nos siguió a una distancia considerable. Estaba más alejado que de costumbre.
Se lo comenté al resto. A todos nos parecía así. Jeff opinó que lo dejáramos y no nos hiciéramos problema. Yo, por mi parte, insistí en que hiciéramos algo al respecto. Así fue que en medio de un parque de Toronto comenzaron los primeros acordes de Jump. Bordelius sugirió que abriéramos con ella nuestra presentación, lo que nos pareció una buena idea.
A medida que las horas pasaban, íbamos entrando en el clima de Toronto. Así fue que llegamos al Rock Am Ring totalmente cargados. La fiesta había comenzado para nosotros y la cantidad de espectadores aún nos parecía sorprendente. Así fue que llevamos a cabo lo que el viejo nos había dicho, que de alguna manera había conseguido un pase, por lo que estuvo detrás de bambalinas la mayoría del tiempo, poniendo el ojo en todo lo que lo rodeaba.
Muy nerviosos, comenzamos a tocar con una sensación de sueño cumplido. En medio de aquello, ubiqué mi memoria en el rostro de Bordelius. Le guiñé un ojo y por primera vez vi alegría en su rostro.
Fue la mejor noche de nuestras vidas. Miles de personas disfrutaron de nuestra música tanto como nosotros.
Luego de todo aquello, fuimos a una after-party en la casa de uno de los organizadores. Allí se encontraban las demás bandas que habían tocado... Pero no se hallaba el rostro de Bordelius, lo que ya parecía raro.
Pierre aprovechó la fiesta para charlar con Scarlett, una chica de la banda Start, del norte de Canadá. Scarlett tenía un cierto aire de chica fuera de la realidad que encantaba desde el principio.
Así es que en la fiesta fuimos perdiéndonos de vista unos a otros.

Micaela Grinóvero & Kevin Jones