viernes, 28 de octubre de 2011

Don Naide

A los primeros rastros
del alba,
tan lentamente progresando
a través de la fría brisa.
Una figura difuminada,
a través de las estrechas calles,
pedregosas y sin sentido.
Lleva consigo la labor,
pesada pero necesaria
cargada detrás de su espalda.

Sin embargo,
su rostro no deja rastros
de los tan entrados años.
Es más,
mucho más lo que muestra:
una sonrisa a quien le plazca.
Vida y problemas
no han sido su justicia,
pero su cansado cuerpo
intenta ocultar todo ello.

Quien sabe...
Quizás algún día,
tan cercano o lejano,
vuelva a aparecer
tal como aquel amanecer
antes de que sus ojos
dejaran de brillar.
Y mientras tanto,
su sombra sigue caminando,
tan lentamente progresando.

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